24 de febrero de 2013

MYANMAR




Myanmar, más conocida como Birmania o Burma, ha sido el gran descubrimiento de mi vida. Han sido dos viajes en uno; el primero ha sido conocer un país dónde apenas hay turismo gracias a la famosa y patética Junta Militar que gobierna el país y su amaño en las elecciones que ganó la opositora y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi.

Pero sobretodo ha sido un viaje hacia el interior de las personas, dónde este maravilloso país me ha dado tanto que díficilmente les pueda devolver una mínima parte de lo que he recibido, y que me ha marcado para siempre. Sin duda es el mejor viaje que he realizado en mi vida y que jamás olvidaré.


FICHA TÉCNICA DEL VIAJE

FECHA: Junio 2.011

DÍAS: 12

DOCUMENTACIÓN NECESARIA

DNI

Pasaporte con mínimo 6 meses de validez.

Visado, se necesita para entrar al país, y en el momento de mi viaje solamente se puede tramitar en la Embajada de Myanmar en Berlín. Más información a través de su Embajada. Su precio aproximadamente es de 30 €. Los periodistas y fotógrafos profesionales tienen denegada la entrada al país, así que si es tu caso, al tramitar el visado mejor no lo indiques y te inventes otra profesión.

ACTUALIZACIÓN: Desde hace un par de años han simplificado los trámites burocráticos para entrar al país, así que actualmente es posible tramitar el visado online a través de la web de su Embajada si tenéis pensado entrar al país por avión a través de cualquiera de sus tres aeropuertos, y el coste es de 50 $ que se debe abonar obligatoriamente con tarjeta de crédito en el momento de solicitar nuestro visado. Hay que tener en cuenta que la e-visa tiene una caducidad de 90 días, así que es recomendable solicitarla solamente con varias semanas de antelación a nuestro viaje si no queremos ver como nos caduca antes de empezar el viaje. En caso de entrar por tierra por algún paso fronterizo, hay que realizar la solicitud a través de cualquiera de sus embajadas repartidas por Europa o Asia, ya que la e-visa no es válida. En ambos casos, la estancia en el país no puede superar los 28 días totales.

OTROS DATOS DE INTERÉS

IDIOMA: Se habla el birmano, aunque algunas personas entienden el inglés, pero muy pocas.

MONEDA: La moneda oficial es el Kyats y pronunciado "chats", escrito MMK. Se cambia en el "mercado negro", y en el momento del viaje era 1 € = 1.200 MMK, aproximadamente.

TARJETAS: No se puede pagar con tarjetas en ningún sitio del país porque no tienen red electrónica de bancos, solamente en cash. En casi todos los sitios prefieren dólares americanos, siempre y cuando estén intactos, es decir, no pueden estar doblados, ni escritos, ni rotos por la punta ni manoseados, y sobretodo, que no empiecen por la serie BC. Parece complicado (que lo es) pero tampoco es para tanto.

GUIA DE VIAJE: Mi guia como siempre será la Lonely Planet, la versión en castellano del 2.006;

TELEFONO: No hay cobertura de teléfono en todo el país, así que olvidaros del telefono móvil. Lo mejor es llamar desde locutorios o cualquier local dónde dispongan de un telefono, aunque os advierto que es carísimo. Si puede ser abstenerse de llamar si no es estrictamente necesario.

INTERNET:  En las grandes ciudades hay algún ciber-café para conectarse, aunque muchas páginas están restringidas por la Junta Militar y las conexiones son muy lentas. Hotmail está restringido, así que mejor abrirse una cuenta de gmail para poder enviar algún correo. A la entrada de cada locutorio debes registrarte y mostrar tu pasaporte, así como indicar el hotel en el que te alojas, por si te conectas a alguna página sospechosa para ellos y la Junta Militar tiene que contactar contigo.

SEGURIDAD: País 100% seguro aunque mejor abstenerse de hacer fotos a los militares.

VACUNAS: Ninguna obligatoria pero se recomienda la vacuna de la Hepatitis A y B, y Fiebre Tifoeida.

ELECTRICIDAD: El voltaje es de 230 V a 50 Hz con clavijas planas en algunos lados y redondas en otros. Conviene llevarse un adaptador.

DIFERENCIA HORARIA: En el momento de mi viaje, +6 horas de diferencia respecto a España.

RELIGIÓN: Mayoritariamente budistas.

EL ITINERARIO DEL VIAJE

Yangon - Heho - Lago Inle - Mandalay - Mingun - Sagaing - Ava - Amarapura - Mandalay - Bagan - Salay - Yangon.



























DÍA 1.-   BARCELONA - BANGKOK
DÍA 2.-   BANGKOK
DÍA 3.-   BANGKOK - YANGON
DÍA 4.-   YANGON - HEHO - LAGO INLE
DÍA 5.-   LAGO INLE
DÍA 6.-   LAGO INLE - HEHO - MANDALAY
DÍA 7.-   MANDALAY - MINGUN - MANDALAY
DÍA 8.-   MANDALAY - SAGAING - AVA - AMARAPURA - MANDALAY
DÍA 9.-   MANDALAY - BAGAN
DÍA 10.- BAGAN
DÍA 11.- BAGAN - SALAY - BAGAN
DÍA 12.- BAGAN - YANGON
DÍA 13.- YANGON - BANGKOK
DÍA 14.- BANGKOK
DÍA 15.- BANGKOK
DÍA 16.- BANGKOK - BARCELONA

PRESUPUESTO DEL VIAJE

DESGLOSE DEL PRESUPUESTO POR PERSONA                      IMPORTE

Vuelo BANGKOK - YANGON con Air Asia                                         98,00 €

Transporte Interno                                                                            189,00 €

Alojamiento                                                                                        73,00 €

Tickets                                                                                               20,00 €

Otros Gastos (Comidas, Compras, etc.)                                           65,00 €

Total Presupuesto                                                                         445,00 €


* Sobre este importe, hay que añadir el vuelo internacional Bcn - Bangkok con Qatar Airways y un coste de 605 €.-

ALOJAMIENTO DEL VIAJE


* Yangon: Beauty Land II Hotel. El primer alojamiento reservado desde España y dónde me iba a alojar la primera noche. Reservado a través de su web Beauty Land, 12 $ la habitación doble, con aire acondicionado y desayuno incluido, y la recogida desde el aeropuerto al hotel. Hotel muy sencillo pero con personal muy amable, aunque lo mejor fue su ubicación, a dos minutos caminando de Little India, y al lado de la Torre Sakura, en pleno centro de la ciudad. Recomendable sin más.

* Lago Inle: Gipsy Inn Hotel. Quizás el alojamiento que más me gustó de todo el viaje y el más básico, junto al lago y a dos minutos caminando del centro. Funciona como una guesthouse y estuve alojado dos noches y llegué a él gracias a una recomendación de un amiguete de Yangón. Regentado por una familia que me trataron como si fuera su propio hijo y a los que acabé adorando. El precio fue de 15 $ la noche con desayuno incluido. Alojamiento súper recomendado.

* Mandalay: Royal Guesthouse. Reservado directamente en la guesthouse a mi llegada y porque estaba recomendado en la Lonely Planet. Guesthouse céntrica, en la calle 25 entre las avenidas 82 y 83, y estuve alojado 3 noches para poder visitar los alrededores. El precio fue de 10 $ la habitación doble con desayuno incluido. Fue todo perfecto si no fuera porque el último día me hicieron pagar un vaso de cristal que rompí desayunando, no fue por el precio sino por el detalle en cobrarmelo. A pesar de todo la guesthouse es muy recomendable.

* Bagan: Kaday Aung Hotel. Quizás fuera el mejor hotel de todo el viaje con diferencia pero en el que peor me sentí. Es un resort con unos bungalows con todo tipo de detalles y con una gran piscina, supongo que es dónde se alojan todos los turistas que viajan con agencia de viajes. Lo reservé a través de Venere y su precio fue de 15 $ por noche. En principio tiene pensado estar 3 noches, pero teniendo en cuenta como vive la gente en el país y la pobreza que hay, moralmente no me sentía agusto ni cómodo de estar alojado allí, así que después de pasar una noche al día siguiente después de desayunar, decidí cambiar de alojamiento. Para los que busquen comodidad es recomendable, para mi simplemente un hotel de paso.

* Bagan: Village Inn Hotel. Esta guesthouse estaba acorde al nivel de vida de la gente del país. Llegué después de consultar la Lonely Planet y que no hubiera habitaciones libres en la guesthouse de al lado. Situado en Old Bagan y cerca de los famosos Templos de Bagan, esta guesthouse no tenía piscina, ni la habitación era muy cómoda, apenas salía agua caliente y solamente tenían luz 3 horas al día, pero me hicieron sentir como en casa y lo más importante, yo estaba feliz y agusto con esas maravillosas personas. Estuve alojado dos noches y el precio de la habitación fue de 10 $ cada noche. Guesthouse bastante recomendable.

* Yangon: Thamada Hotel. El último alojamiento del viaje antes de partir a Bangkok. Después de tantos días durmiendo en guesthouses y sin apenas comodidades, me pegué el "caprichito" del viaje, un hotel céntrico de 3 estrellas y con un baño en condiciones. Situado al lado del mercado y del cine Thamada, lo reservé a través de Agoda y el precio fue de tan sólo 15 $ la noche, con un gran desayuno incluido. Hotel muy recomendable para recuperarte de tantas emociones vividas.

LO MEJOR DEL VIAJE

* Sin duda y en mayúsculas, su GENTE. No están acostumbrados a ver a turistas ni viajeros, ni mucho menos occidentales, así que cualquier cosa les sorprende y son muy curiosos. Son personas maravillosas, honestas, siempre con amabilidad y una sonrisa en la boca, y son súper hospitalarios. A mi personalmente me han aportado muchísimo y me han ayudado a crecer como persona y a ver las cosas de una manera muy diferente a cómo lo veia antes de visitar Myanmar.

* El Lago Inle, para mi lo mejor del viaje y tiene que ser una visita imprescindible en tu itinerario. Es un romanso de paz y con un poco de suerte todavía podrás ver a los pescadores haciéndolo de forma tradicional y remando con los pies. ¡Es espectacular!

* En general todo el viaje me ha encantado y lo destacaría todo, así que 12 días se hacen cortos para visitar este maravilloso país. Tengo claro que pienso volver en un futuro cercano y quiero convivir con esta maravillosa gente muchos más días y dedicar el viaje exclusivamente a Myanmar.

LO PEOR DEL VIAJE

* No me gusta hablar de política ni creo en ella, pero lo único negativo que puedo destacar del viaje es la Junta Militar que gobierna el país, que está haciendo mucho daño al país y sobretodo a su maravillosa gente. Que reconozcan de una vez por todas la victoria en las urnas de Aung San Suu Kyi y que instauren la democracia ya, por favor!!!!

Nos vamos a Myanmar!!!!!!!!!!!!!!!!



DÍA 1.- BANGKOK - YANGON

Partí muy pronto a Yangon desde Bangkok, dónde había estado el día anterior a mi llegada desde Barcelona con tal de aclimatarme un poco y no hacer el viaje demasiado largo. A las 4h de la mañana cogí un shuttle que contraté en Khao San por 90 baths (2 €) para ir al aeropuerto, y después de recoger a más personas llegamos a Suvarnabhumi con tiempo para facturar en los mostradores de Air Asia.

La facturación sin problemas, y nunca me cansaré de recomendar esta compañía low cost que vuela desde y a cualquier punto de Asia. Comprado el vuelo  a través de su web Air Asia el precio del vuelo fue de 98 € ida y vuelta, y el trayecto apenas dura un par de horas. El vuelo estaba previsto que saliera a las 7h de la mañana, y una vez más, el vuelo fue puntual y cómodo.

Una vez llegado al aeropuerto internacional de Yangón a las 8h de la mañana, empieza el show. Cuando llegas a la Terminal debes dirigirte a Inmigración, y allí están los oficiales vestidos con su traje militar de blanco impoluto y un silencio sepulcral, que te da mucho respeto. Una vez que llega tu turno, entregas tu pasaporte con el visado tramitado, ellos hacen las comprobaciones pertinentes y si todo es correcto, eres apto para entrar al país. Yo no tuve ningún problema y es más, hasta el oficial me deseó una feliz estancia en su país; entraba con buen pie en el país!

Una vez recogido mi equipaje, me estaba esperando el conductor contratado por el hotel para hacerme el traslado. Cuando fuimos en busca del coche yo flipaba, estaba lloviendo y las ventanillas del coche estaban bajadas y no se podían subir, y el coche estaba que se caía a trozos por dentro, pero como siempre, me lo tomo todo muy bien y me adapto rápido a los cambios. Si que es cierto que viajar a Myanmar es como retroceder 400 años en nuestro país, porque apenas hay infraestructuras y todo está en muy mal estado, pero por suerte estas carencias quedan ampliamente compensadas con otras cosas que hace que te sientas feliz a cada instante.


Una vez salidos del aeropuerto camino del alojamiento, pude tener las primeras impresiones del país. Gente madrugadora por la calle, otras trabajando al borde de la carretera, niños preparados para ir al colegio, los monjes caminando por la calle en busca de su limosna, etc... Estaba palpando ya el ambiente callejero que tanto me gusta a mi y lo que estaba viendo me hacía sentir bien y me encantaba.

Media hora después llegamos a la guesthouse que estaba escondida en unos callejones estrechos y parecía estar en un lugar tranquilo. A la que el personal me vió aparecer, salieron a la puerta todos a recibirme en señal de reverencia y respeto y con la palabra más repetida de todo el viaje y que tantas veces he escuchado y ha salido de mi boca: "Mingalabar"!!!, que significa "Hola y Adiós"! Durante toda mi estancia en el país, con cualquier persona que me he cruzado siempre me han recibido o despedido con un efusivo Mingalabar!!

Hice el check in en la guesthouse, les pedí un pequeño plano de la ciudad, me fui a dejar el equipaje en la habitación, me familiaricé un poco con la ciudad de Yangón, preparé a mi gran compañera de viaje (la cámara de fotos) y de seguida me tiré a la calle sin perder tiempo, que estaba ansioso por empezar a conocer el país después de tanto tiempo esperando.

Ya no llovía, y lo primer que tenía que hacer era hacerme con moneda del país, sino estaba perdido. Os recomiendo que no cambieis nada de dinero en los bancos ni en el aeropuerto, ya que te dan por cada euro solamente 15 MMK, y si consigues negociar un poco bien en el mercado negro, puedes conseguir cada euro a 1.200 MMK. Porqué tanta diferencia de un lugar a otro? No tengo ni idea, pero igualmente es legal el dinero que consigues en el mercado negro. Y la pregunta que nos podemos hacer es.... y dónde está el mercado negro??!! jajaja. Pues ahí ya entra en juego tu peripecia negociadora. En mi caso fue muy sencillo.

Salí a la calle, me encendí un cigarro... y a los 10 segundos se me acerca un señor preguntándome en un perfecto inglés que cómo estoy, de dónde soy.... y a dónde voy!! Así que haciéndome el interesante, le digo que a dar una vuelta y él me contesta que cualquier cosa que necesite que cuente con él, que estará encantado de ayudarme... Perfecto!! Vámonos a conseguir Kyats (MMK) a un buen precio!!

Después de caminar 2 minutos, acabamos en Little India, subimos a un piso cochambroso y nos recibe una chica hindú con su sari. Le digo si tiene kyats y me dice que cuánto quiero..... buena pregunta! Le digo que para empezar 200 € (teniendo en cuenta que no se puede pagar nada con tarjeta de crédito y me tiene que durar para casi dos semanas) y me dice que imposible, que nadie le ha pedido nunca una cantidad tan alta y que no me puede conseguir tanto dinero.

Así que empieza la negociación, ella me ofrece el cambio de cada euro a 850 kyats, y yo le digo que imposible, que sé de buenas fuente que el cambio está más o menos en 1.250 kyats por euro, así que entre un tira y afloja, varios intentos de irme sin cambiar y de explicarle que había estado tres años atrás en su querida India, llegamos al acuerdo de 1.200 Kyats por euro.

Después de una llamada telefónica, estuve allí esperando 10 minutos y en eso que llegó un chico en moto con una bolsa de basura escondida e hicimos el cambio.

Cuando abrí la bolsa apareció allí un buen fajo de billetes, exactamente 120.000 kyats en billetes de 1.000.... vamos, que me sentía un Julián Muñoz con billetes de dinero dentro de una bolsa de basura!!! Nos despedimos y salimos de allí, y el chico que me había acompañado, que se llama Mr. Toe, se me ofrece a hacerme de guia por la ciudad. Le digo que no, que prefiero ir por libre y a mi rollo, y él me contesta que no me pide nada a cambio, que solamente lo hace por entretenerse y por hacerme sentir bien.

Ya le dejo bien claro que después no me pida dinero ni se sienta mal conmigo porque no pienso darle nada. Al final me enreda y acepto que me acompañe, y le digo que cuando se canse de mi que se vaya cuando quiera.

La siguiente parada es ir a las oficinas de la compañía aerea Air Mandalay, situadas en el 146, Dhammazedi Road y muy cerca de la Schwedagon Paya, dónde semanas antes me había enviado unos mails con una chica muy amable para reservar los vuelos internos con ellos y no perder tanto tiempo, así que quedamos que me los reservara y a mi llegada a Yangon pasaría por sus oficinas a recogerlos y pagarlos.

En total fueron 4 vuelos internos (uno con la compañía Air Bagan pero ellos mismos me lo tramitaron), y en total pagué unos 260 $. Si no quereis reservarlos los podéis comprar en el mismo aeropuerto, pero correis el riesgo de quedaros sin plazas o que sean más caros.

Una vez con todos mis vuelos y sin preocupaciones, empezaba mi visita a la ciudad, dónde estaría hasta el día siguiente y después todo el día entero el día antes de volver a Bangkok. En total 2 días enteros, aunque Yangon es una ciudad bulliciosa y muy caótica, y nada que ver con el resto del país.

Desde las oficinas de Air Mandalay cogimos un taxi compartido por gente local que nos dejó en la misma puerta de la Chaukhtatgyi Paya, dónde se puede visitar el Buda reclinado y que recuerda mucho al de Bangkok. Como siempre, hay que descalzarse y dejar el calzado en la entrada, y la entrada al mismo es gratuito.








Después de la visita, que por cierto, me gustó mucho y que recomiendo, le pedí a Mr. Toe que me llevara a un restaurante local a comer igual que lo hacían ellos. Evidentemente, en Yangon apenas hay restaurantes turísticos ni de comida internacional, así que andamos un poquito y entramos a uno.








La cuenta total de la comida fueron unos 2.500 MMK (unos 2 €) e invité a comer a Mr. Toe para agradecerle su ayuda, aunque supongo que él ya esperaba que le invitara porque no hizo nada para disimular e intentar pagar su parte. De aquí nos fuimos andando hasta los jardines Kangandwi, que sería el pulmón verde de la ciudad, y que es muy bonito de visitar. La entrada cuesta 1.000 MMK.








Después de visitar los jardines, la primera de las muchas sorpresas del viaje, empieza a chispear un poco y caer las primeras gotas de lluvia, cosa que se agradece después del bochorno que hace, y aprovechamos para salir de allí en dirección a la Schwedagon Paya, la visita estrella del viaje y símbolo del país, pero a los dos minutos de ponernos en marcha empezó a caer el diluvio universal!!

Llegamos como pudimos a un tenderete totalmente empapados, y aprovechamos para hacer algunas gestiones que tenía pendientes. Le pregunté a Mr. Toe que me llamara por telefono para reservarme alojamiento para el día siguiente en el Lago Inle, así que saqué la Lonely y de los que tenía apuntados como interesantes, algunos estaban llenos o se me iban de presupuesto, hasta que confié en él y me recomendó uno que no salía en la Lonely y reservé 2 noches, y mi recogida del aeropuerto a la guesthouse.

Reconfirmamos el vuelo del día siguiente y nos echamos unas risas con la dueña del tenderete y su hija, que si hubiera podido me la hubiera traido a Barcelona!! Mientras seguía lloviendo sin parar pero no tenía prisa, estaba muy agusto allí con toda la gente de Myanmar.




En cuanto dejó de llover nos despedimos de toda la familia y la gente que había por allí, y pusimos rumbo a la Schwedagon Pagoda, la visitamos por fuera pero decidí no entrar porque la tarde estaba muy lluviosa y no quería que me estropeara ese momento, y decidí que la visitaría en mi penúltimo día de viaje cuando volviera a Yangon.






De aquí cogimos un autobús local y nos fuimos al Chinatown  para vivir y observar el mercado diario que hacen en el barrio. El viaje en bus fue toda una experiencia y me costó 500 MMK por los dos.




La visita a Chinatown fue increíble, un espectáculo de gente y comida, lástima que el tiempo no acompañaba mucho pero la lluvía aguantó hasta el atardecer. Visita muy recomendable.




















Después de visitar Chinatown, nos fuimos para el Puerto de Yangon y poder ver la vida junto al mar, y a su pobre gente descargar sacos de los barcos mientras empezaba de nuevo a llover.








Una vez visitado el Puerto nos fuimos a tomar una cerveza mientras charlábamos tranquilamente y Mr. Toe me enseñaba algunas palabras en birmano que me podrían ir bien para mi supervivencia por el país y ganarme la confianza de toda su gente. La verdad es que me fueron genial y este pequeño vocabulario me fue genial para relacionarme aún más con la gente local.

De camino al hotel visitamos la Sule Paya, y una vez en el hotel me despedí de Mr. Toe hasta mi vuelta el penúltimo a Yangon, dónde quedamos para vernos otra vez y visitar juntos la Schwedagon Pagoda.




Llegué a la guesthouse sobre las 21h de la noche, estaba molido del largo viaje pero feliz, solamente llevaba un día en el país y había sentido muchas emociones, pero ésto era solamente el principio de las tantas que todavía me esperaban. Mañana cogía un vuelo hacia Heho, una de las visitas fuertes del viaje y que me hacía más ilusión. Preparar el equipaje para mañana, duchita y a dormir.

DÍA 2.- YANGON - HEHO - LAGO INLE

Me desperté bien pronto, desayuné en la guesthouse y me despedí del amable personal, y nos fuimos en taxi hacia el aeropuerto. Este trayecto no entraba en el precio de la habitación, así que me costó 4 $. La distancia desde la guesthouse al hotel es de casi una hora aproximadamente, dependiendo del tráfico del momento.

Nosotros salimos a las 7:45h de la mañana y a esa hora ya había movimiento por las calles, sobretodo de comerciantes y monjes novicios con su túnica de color rosa.






Llegamos al aeropuerto y fui en busca de la zona de facturación de la compañía Air Mandalay.... pero aquello es otro mundo que no tiene nada que ver con lo que estamos acostumbrados en nuestro mundo occidental. La terminal de salidas del aeropuerto es una gran sala de espera, con una báscula rudimentaria y dos mesitas para pagar las tasas de salida, y poco más.

Hay 3 stands para la facturación, una por cada compañía. La facturación consiste en que tú vas allí, le dices a dónde vas a volar y los bultos que vas a facturar, te hacen un papel a mano o si tienes suerte a ordenador, que representa que es la tarjeta de embarque, le ponen una etiqueta a tu equipaje facturado con el nombre del destino, y un chico coge tu equipaje y se lo lleva contigo a un carrito junto con otras maletas, y después dicho carrito lo trasladan por la pista del aeropuerto y lo cargan todo a mano.

Aquí todo es manual, sin tecnologías y totalmente destinado a tu suerte. Si quieres tú puedes acompañar al chico con tu equipaje hasta el carro dónde se dejan para asegurarte que almenos no se queda tirada o abandonada en el aeropuerto, aunque después encima te pide propina. Las tasas de aeropuerto es de 1.000 MMK, y se pagan en cada aeropuerto antes de volar.








Mi vuelo hacia Heho no salía hasta las 11:30h, así que os recomiendo que no esteis allí hasta una hora antes o una hora y media como mucho, ya que los aeropuertos birmanos no tienen nada para entretenerse y os vais a aburrir muchísimo.

Lo más curioso de todo es que no hay pantallas anunciando los vuelos, simplemente cuando tu vuelo está disponible y hay que embarcar, sale un chico de la compañía con una pancarta artesanal y te dice que ya se puede embarcar (me recuerda mucho al boxeo cuando las chicas salen con la pancarta y en bikini anunciando los rounds), pues aquí igual pero sin bikini (por suerte)!!

Una vez en la puerta, le enseñas tu tarjeta de embarque artesanal y vas caminando por la pista del aeropuerto hacia el avión, junto con el resto de pasajeros y el carrito de los equipajes, esperas a que se bajen los pasajeros que llegan procedentes de otro lugar y después te subes tú.... vamos, todo es una gran familia allí!! Pero lo más sorprendente de todo es que la flota de aviones en Myanmar son de hélices, así que al principio acojona un poco porque no sabes si vas a salir vivo de allí, pero una vez que ya has volado con uno de ellos se te quitan los miedos.... o eso pensaba yo!! jaja.

El vuelo a Heho tarda más o menos 75 minutos, no puedo decir que fuera un vuelo cómodo porque estás más pendiente de llegar vivo y que no se paren las hélices que de otra cosa, pero el vuelo no fue tan malo como me parecía al principio.

Llegamos al aeropuerto de Heho y solamente bajar las escalerillas del avión te esperas allí mismo a que saquen tu equipaje y lo coges allí mismo, esta gente no se complica para nada. Cuando sales de la terminal ves que el minúsculo aeropuerto está perdido en la mano de Dios, porque allí no hay infraestructuras de ningún tipo, simplemente un pequeño escampado con unos cuantos taxistas esperando la caza del turista, y dónde se aprovechan con las tarifas ya que sí o sí vas a tener que coger un taxi para llegar al Lago Inle, ya que no hay más transporte posible, y a Heho solamente hay un vuelo al día.

Una vez que los taxistas ya han cazado a sus presas, allí ya no hay ningún movimiento más en todo el día. Yo en cuánto salí ya me asaltaron unos cuántos taxistas, dónde el precio mínimo que te piden es de 25.000 MMK, de ahí no bajan.

Lo mejor es compartir taxi con otros viajeros que te encuentres, aunque no fue mi caso. Yo tenía el precio cerrado con mi guesthouse con la que reservé por telefono el día anterior, así que me salió por 15.000 MMK aproximadamente.

El  trayecto hasta el lago Inle es de una hora aproximadamente, y el paisaje es todo desértico y lleno de curvas. Antes de entrar al pueblo te hacen parar en un control y tienes que comprar el ticket para visitar el Lago Inle, que es de 5$ por persona y no hay manera de escaparse. Digamos que es una tasa  o impuesto revolucionario que se ha sacado la Junta Militar de la manga y es imposible escaquearse. Una vez comprado el ticket, nos fuimos directamente a la guesthouse situada justo enfrente del lago Inle.

Al llegar me estaba esperando la familia, me dieron la bienvenida y me fui a dejar el equipaje en mi habitación. Al salir me dijo el dueño que había hospedado otro chico español, así que quedé que después de comer ya miraría a ver quién era para saludarlo y poder hablar un poco nuestro idioma que a veces se echa tanto de menos.

Decidí salir a dar una vuelta y buscar un lugar para comer, ya que eran cerca de las 14:00h de la tarde y no sabía como engañar más al hambre. De camino me fui cruzando con toda la gente del pueblo y todos los niños que salían de la escuela, y toda la gente muy amablemente me saludaban con un afectuoso Mingalabar.

Me crucé también con unos cuántos monjes, así que no pude continuar mi camino porque todo el mundo me pedía hacerse una foto conmigo. La verdad es que me sentía como un famoso!! jaja. Debo reconocer que mi cámara también echaba humo de sacar tantas fotografías, pero es que me sentía genial!!








En eso que empezó a chispear y a llover un poco, y al rato empezó a diluviar, así que no tuve más remedio que refugiarme en la entrada de un templo, dónde fui la atracción local por un buen rato hasta que dejó de llover. Encima no se me ocurrió otra cosa que ponerme a repartir globos, caramelos y material escolar entre los más pequeños, así que fue una gozada ver las caras de alegría y felicidad de todas las criaturas.












En eso que decidí irme a comer, y de varios chiringuitos que había por allí para comer, decidí meterme en uno que me daba buen presentimiento que se llamaba AURORA, así que en honor a mi querida madre allí que me metí, y vaya si mi presentimiento era bueno!! Resulta que cuando entré estaban celebrando una boda, y la dueña me dijo que no podían servirme comida porque estaban muy ocupados.

Yo les entendí perfectamente y no les dije nada, simplemente se lo agradecí con un "chisuve", que significa gracias en birmano. En eso que se me acercaron los niños que había allí presentes y que eran un poco gamberretes y les regalé unos chupa chups y unos globos, y se volvieron locos de contento.

Así que cuando salí del local vino la dueña a buscarme y me dijo que no me marchara, que las familias me habían invitado a comer con ellos en el banquete de su boda!! yo me sentí muy halagado pero no podía aceptar, hasta que salieron el resto de mujeres y me cogieron de la mano y me llevaron para dentro!! Qué decir del momento, me pusieron para comer unos noodles con verdura que estaban buenísimos, mientras los niños se acercaban allí para jugar conmigo y para que les hiciera fotos!

Fue un rato muy agradable y lo pasé genial con aquellas personas, y me dejaron sorprendido con su hospitalidad. Ni que decir que cuando fui a pagar la comida no me dejaron por mucho que les insistí!! La verdad es que se portaron genial conmigo y son momentos díficiles de olvidar. Me despedí de todo el mundo uno por uno, y me fui a dar una vuelta por el pueblo con una sonrisa de oreja a oreja.












El pueblo es pequeño y no tiene nada de especial, solamente ver el día a día de sus habitantes y charlar amigablemente con ellos, que ya es mucho.

Por la noche volví a la guesthouse y conocí al chico español, no solamente eso sino que era catalán y encima de mi pueblo!! No nos habíamos visto nunca y nos tenemos que conocer en Myanmar!!! Fue un placer conocer a Joan, del que ya no nos separamos en todo mi viaje, ya que él estaba viajando sin prisas por todo el sureste asiático durante dos meses, es la primera vez que pisaba Asia y encima no hablaba ni papa de inglés!! Esto lo digo para lo que no se atreven a salir de España y viajar porque dicen que no hablan nada de inglés y tienen miedo, que alguno/a conozco!!
















Junto con Joan también coincidimos con Pat, un alegre australiano de 50 años que se había recorrido medio mundo y que era una pasada de persona, un coreano y un japonés, Kyohei, con el que también hicimos muy buenas migas y a día de hoy seguimos conservando el contacto.

Nos fuimos los cinco a cenar en los tenderetes callejeros del pueblo, dónde hacían unos noodles y unas brochetas buenísimas allí sentados en unos taburetes en plena calle, y estuvimos hablando de nuestros viajes durante la cena. De vuelta a la guesthouse reservamos con el dueño un bote o barquita para los cinco para visitar al día siguiente el mercado semanal, los templos y monasterios, y ver a los pescadores del Lago Inle pescando de manera tradicional.

La excursión empezaba a las 8h de la mañana y estariamos de vuelta sobre las 17:30h de la tarde. El precio total (sin comida) era de 3 $ por persona (la barca sale por 15 $ independientemente de la gente que la formen). Y aparte de barato, os puedo asegurar que fue de lo mejor de todo el viaje.

Por ese día nada más que comentar, una duchita, un cigarro en la terraza de la guesthouse en compañía de Joan y toda la familia de la guesthouse, y poco después a dormir, que el día había dado para mucho y al día siguiente había que madrugar otra vez. No hace falta decir que me sentía y me hacían sentir feliz allí.

DÍA 3.- LAGO INLE

El día empezaba pronto. Había descansado genial a pesar de carecer de cualquier lujo o comodidad de la guesthouse. Desayunamos en el comedor y a las 8:00h en punto ya estabamos los cinco preparados para surcar las aguas del Lago Inle con la barquita.

Fuimos navegando mientras podíamos observar a los famosos pescadores cómo trabajaban. Es increible porque para pescar se ponen de pie y van remando con la pierna, aguantando el equilibrio, nunca había visto nada igual y era impresionante. A esa hora tampoco había muchos pescadores que digamos.

Después de poco más de una hora navegando, hicimos nuestra primera parada en una casita, que resultó ser un taller dónde dos mujeres hacian telares de lana totalmente artesanal, y después tenían una especie de tienda dónde se podía comprar. Es el típico lugar dónde llevarían a un turista en un viaje organizado. Nosotros no compramos nada e hicimos la visita rápida.














A poco más de 10 minutos de allí hicimos la siguiente parada y la estrella del viaje, el mercado semanal de Ywama. La verdad es fue impresionante el festival de colores y olores que había allí.

Visita totalmente recomendable, no es nada turístico (solamente estabamos nosotros cinco) y puedes observar el día a día de los habitantes de Myanmar, sobretodo a los habitantes de las étnias Pao y Taungyo.

Es un mercado al aire libre y es muy auténtico!! Solamente basta decir que para llegar allí hay que cruzar una especie de puente, que realmente son dos cañas largas de bambú, que si se te rompen o te caes, te vas de cabeza al Lago Inle, y que la gente cruzaba incluso cargadas con sacos en la cabeza.

Allí toda la gente se desplaza a comprar en barca. De verdad, seguramente sea la visita que más me gustó de todo mi viaje y que os recomiendo encarecidamente.




























A pesar de que la gente se extrañaba de ver a cinco personas totalmente opuestas a ellas por allí, no dejaban de hacer su trabajo y mostrar siempre su felicidad hacia nosotros. A mi éstas personas me atraparon por completo, y aunque pude intercambiar algunas impresiones con ellos a través del lenguaje universal de los signos, me hubiera encantado que esta vez la barrera del idioma no hubiera sido un impedimento para entablar conversaciones con ellos, porque realmente disfruté mucho de ese momento, y sobretodo de toda la amabilidad y hospitalidad que me brindaron en todo momento.


























Me gustaría destacar que, a diferencia de tantos otros países, éstas personas posaron voluntariamente para mi cámara sin yo pedirselo, y que en ningún momento ninguna de estas personas me pidió nada a cambio, ni mucho menos dinero.

Simplemente les gustaba verse reflejados en la cámara y compartieron ese gran momento y toda su felicidad conmigo, ya que ese día jamás lo olvidaré, como todos los demás días que tuve la suerte de poder compartir durante mi viaje.

Después estuve repartiendo entre los más pequeños unos cuántos globos y caramelos, y era impagable la cara de felicidad que mostraban en sus rostros.










Después de vivir esos momentos de felicidad, y antes de irnos del mercado para seguir visitando todo el lago, decidí hacer una última visita en busca de más emociones y vivir el día a día de los habitantes de Myanmar.






























Finalmente, y con todo el dolor de mi corazón, tuvimos que continuar con la ruta programada y tuve que dejar a esas maravillosas personas. Volvimos a coger nuestra canoa a motor y nos dirigimos hacia Indeinn, un lugar con una serie de estupas doradas y que le da un ambiente muy místico a la zona.

Por el camino íbamos contemplando los paisajes y cada vez que nos cruzabamos con una canoa diempre nos saludaban con un Mingalabar y con la mejor de sus sonrisas.























Después de visitar el interior del templo y visitar los alrededores, nos fuimos a comer a un mini restaurante que había cruzando el puente, dónde nos pudimos comer un gran plato de noodles y una botella de agua por 1.000 MMK (1 €).

Después de comer fuimos a visitar el complejo de estupas doradas de Indeinn haciendo un minitrekking, dónde todavía el día me tenía reservada otra gran sorpresa: la visita de una aldea infantil que había a mitad de camino y dónde no pude resistirme a hacer una visita, dónde pude gozar con todos los peques, seguir repartiendo globos y entregar a la profesora todo el arsenal de material escolar que me había llevado hasta allí para poder entregarlo en el momento oportuno.






























Después de estar un buen rato observando y jugando con los más pequeños, deshice el camino de retorno hasta dónde teníamos nuestra canoa, y nos llevaron a visitar el Monasterio de los Gatos.

La verdad es que la visita carece de interés alguno, dónde te llevan a un gran monasterio plagado de gatos y algunos monjes rezando, y la gracia es ver como estos monjes tienen adiestrados a unos cuántos gatos y les hacen saltar por un aro pequeño... evidentemente los gatos están medios drogados-dormidos-pasotas, y les dice a los monjes que salten ellos y que les dejen tranquilos.... vamos, una visita de relleno que hubiera preferido invertirlo en otra cosa o en estar más tiempo con los niños.

Sobre el atardecer de vuelta hacia nuestro hotel, aunque todavía teníamos una hora de camino en nuestra canoa, observando todo el paisaje, el ir y venir de todos sus habitantes y ver algún pescador intentando llevar la cena para su familia.
























Cuando llegamos al embarcadero, fuimos a comprar unas cervezas fresquitas y nos la bebimos en la terraza de nuestra guesthouse. Después de una reparadora ducha, y una vez que ya había caido la noche, nos fuimos los cinco a los chiringuitos del pueblo y estuvimos cenando en la calle sentados en unos taburetes pequeños y unas mesitas bajas, igual que los locales. La comida buenísima y súper barata.

Al volver al alojamiento, Joan y yo nos quedamos en la terraza tomándonos un té con los propietarios del alojamiento mientras los demás se fueron a dormir.

Yo por un lado estaba triste porque al día siguiente partía hacia Mandalay para proseguir con mi viaje, me hubiera encantado quedarme un par de días más en el Lago Inle sin hacer nada, pero prefería visitar más cosas. Joan todavía tenía que pensar hacia dónde seguir, ya que él viajaba durante dos meses y no tenía ninguna ruta establecida. Quedamos para volver a vernos en Mandalay en la misma guesthouse dónde me iba a alojar yo.

Después de muchos meses pasándolo mal, después del día de hoy por fin había vuelto a sonreir y a recuperar mi felicidad, y nunca hubiera pensado que lo hubiera conseguido en Myanmar y gracias a todas esas humildes personas que tuve la suerte de conocer ese día. Gracias a esas personas anónimas, mi felicidad me dura hasta el día de hoy.

Ha sido un día muy intenso y con muchas emociones vividas, así que me retiro a dormir con una gran sonrisa dibujada en mi cara. Hasta mañana!!



DÍA 4.- HEHO - MANDALAY.

El día de hoy va a ser un poco de tránsito y desplazamientos. Después de desayunar y de dejar todo mi equipaje recogido y preparado, salí a dar una última vuelta por el centro del pueblo y despedirme un poco de todas esas personas que tan bien me han tratado.

De vuelta a la guesthouse estuve con Joan y Pat haciendo tiempo hasta que viniera el taxi a buscarme para llevarme al aeropuerto, y en cuanto llegó me despedí de todo el agradable personal de la guesthouse.


El trayecto hasta el aeropuerto me llevó aproximadamente una hora, y una vez facturado mi equipaje y pagadas las tasas de aeropuerto (1.000 MMK) cogí mi vuelo de la compañía Air Mandalay de las 13h para llegar a Mandalay a las 13:35, según lo previsto.

El vuelo normalito en un avión de hélices pero con muy buena atención a bordo. El avión te deja en medio de la pista de aterrizaje y allí mismo te entregan tu equipaje. No hay que olvidar que los vuelos en Myanmar funcionan como un bus de línea regular, es decir, el mismo vuelo va haciendo un recorrido circular parando en varias ciudades, dónde se van bajando pasajeros y subiendo otros. La verdad es que resulta incluso divertido teniendo en cuenta las limitaciones del país.




Una vez sales del moderno aeropuerto de Mandalay, hay varios taxis que están dispuestos a llevarte hasta la ciudad por 20 $, un trayecto de unos 35 minutos. Pero también existen unas pequeñas furgonetas que en función de los pasajeros que suban, te sale por 4 $ por persona, pero tiene un handycap que es que no salen hasta que no se llene la furgoneta, y si quieres que salga antes hay que pagar los asientos que queden libres.

Yo no tuve mucha suerte porque en nuestro vuelo solamente éramos poquitas personas y el conductor me dijo que no saldría hasta que se llenara y si hacia falta que se esperaba al próximo vuelo que llegara a Mandalay, previsto para dentro de 2 horas. Pero tuve la suerte de conocer a Anne, una chica birmana que conocí en mi vuelo y que venía de visitar a unos familiares y se dirigía para Mandalay y me propuso compartir taxi, así que después de negociar un poco con el taxista y que ella le insistiera un poco, nos llevó a Mandalay por 5.000 MMK los dos!

Una vez que llegamos dejamos primero a Anne, y como agradecimiento por su amabilidad conmigo, le dije que ella pagara solamente 1.000 MMK y los 4.000 MMK restantes ya los pagaba yo, así saldriamos contentos todos!! Al principio me dijo que no, pero finalmente la pude convencer.

A dos minutos de allí llegamos a mi alojamiento, dónde tenía habitación reservada en el Royal Guesthouse, que sale recomendada en la Lonely, y que amablemente me reservó el personal de la guesthouse del lago Inle la noche anterior por telefono. La guesthouse está muy bien y bastante céntrica, muy cerca del palacio Real de Mandalay.

Una vez que dejé mi equipaje en la habitación salí a visitar la ciudad, famosa por su multitud de templos y pagodas. Eran ya las 16:00h de la tarde, y en la primera que visité vi a un chico en la puerta con una moto, y le pregunté si le interesaba llevarme en su moto a ver el atardecer en la colina de Mandalay, situada a unos 15 minutos en transporte, se esperara y cuando acabara mi visita me devolviera a la ciudad. Finalmente cerramos el trato por 2.000 MMK.

La experiencia de ir de paquete en una moto por el tráfico de Myanmar es alucinante (sin casco, sin señales, sin semáforos, ...). La entrada es gratuita pero hay que pagar 1.000 MMK por la cámara de fotos. Hasta llegar a la colina hay que subir más de 400 escaleras, y encima descalzo, ya que tu calzado hay que dejarlo en la entrada (100 MMK). La subida es un poco dura y hay que tener paciencia, pero una vez arriba compensa muchísimo el esfuerzo realizado.














Una vez arriba tuve el gran placer de conocer a David, un joven y tímido monje birmano de 16 años con el que estuve charlando toda la tarde, él me iba respondiendo todas mis curiosidades que tenía yo sobre ellos y yo le respondía todas sus curiosidades, que eran muchas, y todo con el único objetivo de que David pudiera practicar inglés conmigo. Pasamos una tarde muy entretenida.








Cuando ya estaba anocheciendo, empezamos a bajar todas las escaleras pero esta vez en compañía de unos cuantos monjes más, que todos amablemente querían conversar conmigo. Una vez que llegamos a la entrada principal, recuperé mi calzado y me despedí de David hasta una próxima ocasión.

Allí mismo estaba esperándome mi motorista que me llevó de vuelta a la ciudad. Si la ida había sido alucinante en moto, la vuelta de noche y sin luces tampoco desmereció la pena.

Cuando llegué a la guesthouse me fui en busca de algún lugar para cenar, y después de mirar por los alrededores, entré a uno dónde cené genial por 1.500 MMK y en el que un grupo de birmanos me invitaron a sentarme con ellos a beber cerveza y charlar un rato. La verdad es que poco pudimos hacerlo, ya que apenas hablaban inglés y nos comunicábamos por signos.

Allí mismo conocí a Mintun, un joven dibujante que me cautivó con sus láminas y que se ganaba la vida intentando vender algunas a los pocos turistas que visitan el país, y que no pude evitar comprarle algunas y que a día de hoy decoran las paredes de mi casa y de mis amigos Francis y Mónica. Me gustaron tanto que ni siquiera le regateé nada del importe que me dijo, y que me arrepiento de no haberle comprado más en su momento.

Después de ese maravilloso momento, de vuelta a la guesthouse, duchita y a dormir, que el día había sido largo.



DÍA 5.- MANDALAY - MINGUN - MANDALAY.

Después de desayunar, había quedado con el mismo motorista que me llevó ayer a la colina de Mandalay, esta vez para que me llevara al embarcadero que estaba en la otra punta de la ciudad para coger un barco con destino Mingun, por un precio de 1.000 MMK. Al poco de llegar al embarcadero, tuve que bajarme de la moto porque tuvimos un reventón con un neumático, así que seguí mi camino a pie aunque le pagué igualmente lo que acordamos.

Por el camino me iba encontrando a todo tipo de personas que no cesaban de saludarme, y es que desde que he llegado al país, apenas me he cruzado con ningún turista, cosa que es de agradecer.








A mi llegada al Puerto, allí no había taquillas ni nada parecido para comprar el ticket del barco que me llevara a Mingun, simplemente había un barracón con una mesita y un hombre sentado fuera, dónde me informó que el "ferry" no partía hasta al cabo de una hora y que el ticket de ida y vuelta costaba 5.000 MMK, cosa que me pareció carísimo por tratarse del país. No os olvideis vuestro pasaporte porque hay que presentarlo.

Al cabo de un rato aparecieron 5 turistas franceses con las mismas intenciones que yo, así que compartimos el mismo trayecto.
















Al cabo de un rato llegó el pequeño "ferry" que debía llevarnos a Mingun, que no era otra cosa que una barca con cinco sillas, dónde nos subimos los 4 franceses, dos vendedoras y yo. Mingun está situado a 11 kms. navegando por el rio Ayeryarwady y famosa por la Mingun Paya, la Campana de Mingun y la Hsinbyume Paya, y se puede recorrer tranquilamente en una mañana. El ferry de vuelta es a las 13:00h.
















Mención aparte se merece Mömo, una chica muy simpática de 16 años que se ofreció a enseñarme el pueblo dónde vivía si le compraba alguna de las postales que ella vendía. Finalmente llegamos al acuerdo que si después de enseñarme el poblado se iba al colegio, le compraba alguna postal.

Trato hecho y encima se ganó una propinilla y unos cuántos bolis que le regalé, y las postales que le compré se las envié a mis amigos, aunque tardaron más de dos meses en llegar.










La verdad es que pasamos un rato muy agradable, a pesar que el idioma fue una barrera muy grande para comunicarnos. Cuando me despedí de ella, continué mi visita en solitario por la Hsinbyume Paya, famosa por ser la portada de la Lonely Planet del 2.006 en español.




















De vuelta al Puerto para coger el barco de las 13h, los franceses ya llevaban rato esperando por allí, ya que apenas se movieron de la zona, mientras yo aproveché para hacer las últimas fotos antes de partir.






De vuelta a Mandalay, tuve tiempo de charlar un rato con una de las francesas y de intercambiar un poco de información, ya que haciamos el mismo viaje pero a la inversa, y aprovechando que era la única chica amable del grupo, porque los otros 3 franceses se les veía más estupidillos y prepotentes.

A la llegada a Mandalay me despedí de ella y me cogí un transporte local para visitar la Kuthodaw Paya y sobretodo la Mahamuni Paya, dónde podemos encontrar la imagen del Buda Mahamuni recubierta de pan de oro. Por cierto, el trayecto con los locales toda una aventura y muy gratificante.
















Cuando salí de la visita me fui en busca de algún lugar para comer, ya que eran las 16:00h y todavía no había comido nada. Finalmente me decidí por un hindú, y que es una de mis comidas favoritas, y me pude comer un autentico thali por 1.000 MMK.


Después de comer y antes de ir a la guesthouse me paré en una especie de cyber para consultar el correo, y los trámites fueron bastante paliza. Antes de conectarte tienes que rellenar tus datos, con tú número de pasaporte, el hotel dónde te alojas e ir apuntando las páginas webs que visitas, supongo que si hay algo que no le gusta a la Junta Militar van en tu busca. Decir que Hotmail no funciona y que la mayoría de páginas tardan 25 minutos en abrirse. Bastante decepcionante.

A mi llegada a la guesthouse para dejar las cámaras, me llevé la sorpresa de encontrarme con Pat y Joan que acababan de llegar a Mandalay desde Heho en autobús después de caso 20 horas de viaje por unos caminos llenos de baches y de carreteras intransitables, pero aún y así sacaron fuerzas para irnos los tres a cenar cerca del mercadillo nocturno, lleno de puestos de comida al aire libre sentados en taburetes pequeños, dónde nos pudimos meter un festival gastronómico.

Sobre las 22:30h ellos se fueron a descansar y yo me quedé negociando con un motorista para que al día siguiente me llevara a Amarapura, Inwa y Sagaing. Después de estar un rato negociando y que me pidiera más de 60.000 MMK por mi planning, lo cerramos en 8.000 MMK y quedamos al día siguiente a las 8:30h en la puerta de mi guesthouse. Supongo que me iba a dejar tirado pero ya tendría tiempo de volver a negociar al día siguiente con cualquier otro motorista. Duchita y a descansar.

DÍA 6.- MANDALAY - AMARAPURA - SAGAING - MANDALAY.

Después de desayunar junto a Joan y Pat, decidí salir a ver si estaba el motorista de la noche anterior y... sorpresa!! Allí estaba esperándome, cosa que me alegré un montón!! Fui en busca de mi mochila, me trajo incluso un mini casco para mi, y partimos hacia Amarapura, que significa "ciudad de la inmortalidad" y su principal reclamo turistico es visitar el monasterio de Maha Ganayon Kyaung, dónde decenas de monjes hacen su vida diaria y se les puede observar en busca de su comida.

La verdad es que me apetecía muchísimo esta visita, y más cuando se visita sin ningún turista. Amarapura se encuentra a 11 kms. de distancia al sur de Mandalay, y tardamos unos 40 minutos en moto. La visita al Puente de teca de U-Bein la dejariamos para la tarde, dónde podríamos contemplar el atardecer.








































Después de esta experiencia tan maravillosa que realizan los monjes cada día a las 10:30h de la mañana y que le recomiendo a todo el mundo, y de repartir algún que otro globo y caramelos entre los más pequeños, cogimos la moto y nos fuimos directos para Sagaing.

La entrada para visitar la colina cuesta 10 $, pero mi motorista me dijo que conocía un camino dando más vuelta dónde me podía ahorrar este "impuesto revolucionario" por parte de la Junta Militar, así que le dije que no había problema y que prefería darle los 10 $ a él antes que a estos dictadores de mala muerte.

Efectivamente, cuando llegamos me dejó en la puerta de una entrada dónde no había nadie cobrando las entradas, y empecé de nuevo mi ascensión hasta la colina, que no es que sea excesivamente dura pero después de tantos días trepando escaleras uno ya lo empieza a notar en sus piernas.

La ascensión se puede realizar con calzado, cosa que se agradece, pero una vez arriba hay que descalzarse y pagar 1.000 MMK por utilizar la cámara fotográfica.




























Después de estar un rato haciendo fotografías, empecé a bajar las escaleras para volver a encontrarme con mi motorista. Durante el descenso no pude evitar conversar con decenas de monjes que también bajaban o con los locales extrañados de ver a un occidental por allí sólo haciendo fotografías.














Una vez abajo me despedí de todas aquellas maravillosas personas, cogimos la moto y nos dirigimos a Inwa, situado a unos 30 minutos de Sagaing y es interesante visitarla para ver un complejo de templos.

Una vez que llegamos al embarcadero, hay que pagar 1.000 MMK para que una barquita te transporte al otro lado del rio dónde están situadas las ruinas, sino no hay otro medio de transporte para cruzar al otro lado. Junto a mi, había una familia local con sus hijos y dos personas más haciendo lo mismo que yo.






A llegar al otro lado del rio, el único medio de transporte que te autoimponen para visitar los templos es en carro de caballos, y te piden 6.000 MMK por persona. Como no había ningún turista y me parecía desproporcionado pagar lo que me pedían, les ofrecí 2.000 MMK y me dijeron que no. Hice un amago de irme andando a visitar los templos y me daban a entender que estaba loco por hacerlo andando, hasta que apareció un chico joven detrás mio y me dijo que aceptaba llevarme por 2.000 MMK. Menos mal que aceptó, porque si tengo que hacerlo andando me muero!!

Este chico me iba parando en los templos más importantes para que los visitara, aunque si yo veia alguna cosa que me gustara, se lo decía y él paraba sin ningún problema.






























Después de hora y media visitando los templos en un incómodo carro de caballos, volví a cruzar el rio con la barquita hasta dónde me esperaba mi motorista. De allí pusimos rumbo otra vez a Amarapura, dónde ya había estado en el monasterio por la mañana, pero ahora quería ir a ver el atardecer en ele Puente de teca de U-Bein. Esta visita es totalmente recomendable y os encantará.

Después de media hora en moto llegamos, y quedé con mi motorista encontrarnos después del atardecer al inicio del puente. Yo lo primero que hice fue cruzar el puente andando, que es de un Km. y medio, e irme al poblado a intentar comer algo, ya que eran las 16h de la tarde y no había comido nada.

Después de comer y de dar una vuelta por el pueblo, el sol empezaba a caer por Amarapura y el paisaje era precioso, y es un sitio que te llena de energía y te da mucha paz.










































Una vez cayó el atardecer, y cuando ya estaba anocheciendo, fui en busca de mi motorista y partimos hacia Mandalay, dónde me dejó en la puerta de mi guesthouse. Después de pagarle y darle una merecida propina por el magnifico día que me había dado, fui a dejar la mochila en mi habitación y me encontré a Joan que estaba esperándome, así que nos fuimos al mercado nocturno a cenar y a contarnos como nos había ido el día.

Después de cenar y de tomarnos unas cervezas en la azotea de la guesthouse, nos fuimos a dormir, que el día había sido largo y muy bien aprovechado, y mañana al mediodía yo me tenía que ir hacia Bagan.

DÍA 7.- MANDALAY - BAGAN.

Hoy no he madrugado mucho, y a las 8:30h he bajado a desayunar con Pat y Joan, con los que después me he despedido de ellos hasta la siguiente etapa en Bagan, ya que ellos se iban a visitar Amarapura y yo aprovecharía la mañana para relajarme.

Después de preparar todo mi equipaje y dejarlo en consigna, he ido a darme una vuelta por la ciudad sin rumbo fijo, simplemente disfrutando del ir y venir de la gente sin prisa alguna.

Antes de comer pasé por una agencia de viajes situada a dos calles de mi guesthouse llamada Seven Diamonds, dónde reservé mi traslado hasta el aeropuerto por 2.000 MMK, ya que en la guesthouse me pedían justamente el doble. Quedé con ellos que pasarían a recogerme a las 14h en la puerta de la guesthouse, ya que mi vuelo no salía hasta las 16:30h.

Después fui a comer al mismo sitio que fui la primera noche con la esperanza de volver a encontrarme a Mingun y charlar un rato con él, pero no tuve suerte. Y antes de retirarme a la guesthouse, para hacer un poquito de tiempo, fui a comerme un rico helado en una heladería muy buena situada en la calle 83 con la 25, llamada Nylon Ice Cream Bar, dónde por 500 MMK pude comerme un rico helado de tres bolas, hasta que llegó la hora de volver a la guesthouse.


Una vez recogido mi equipaje y pagada mi cuenta, me dijeron que tenía que pagar 500 MMK por un vaso de cristal que presuntamente decían que había roto en el desayuno de la mañana. Por no discutir con ellos accedí a pagarlo ya que estábamos hablando de 50 céntimos de €, aunque me supo muy mal porque yo no había roto nada y porque hasta el momento solamente había hecho encontrarme personas súper encantadoras en todo el país.

Después de estar esperando 45 minutos a que viniera el shuttle a recogerme para llevarme al aeropuerto y empezas a ponerme nervioso, finalmente aparecieron y partimos, dónde solamente íbamos una chica australiana y yo. 

A las 15:15h ya estabamos en el aeropuerto, dónde no había ni un alma, y dónde pude facturar mi equipaje y pagar las tasas de salida de 1.000 MMK sin perder apenas tiempo. A las 15:30h ya había pasado los controles de seguridad y esperando a que llegara nuestro vuelo con la compañía Air Bagan, también de hélices y con un servicio a bordo muy recomendable.

En poco más de media hora ya estabamos aterrizando y el mismo ritual que en todos los vuelos anteriores, te bajas si es tu ciudad de destino mientras otros pasajeros suben y en medio de la pista de aterrizaje te entregan tu equipaje. Aquí lo más importante que cabe destacar es que en el mismo aeropuerto te hacen pagar los 10 $ de la tasa de entrada para visitar el recinto arqueológico de Bagan, y no tienes escapatoria, se las saben todas.

Ahora tocaba buscar transporte hacia mi alojamiento. Reservé desde Barcelona un bungalow en un hotel de turistas para pasar los últimos días de mi viaje un poco más tranquilo, y me decidí por la zona de New Bagan. Pagué 15 € por cada una de las 3 noches en las que me iba a quedar, aunque después hubo cambio de planes. Finalmente conseguí convencer a unos coreanos que iban sin alojamiento reservado para que fueran a New Bagan (no estaban muy convencidos) y así poder compartir taxi. 

Finalmente llegamos a mi alojamiento, el taxi fueron 7.000 MMK, y yo pagué 2.000 MMK, así que medio timé a los coreanos.... Finalmente ellos no se quedaron en el hotel y se fueron en busca de otro. La verdad es que el hotel estaba demasiado bien, con un cuarto de baño en condiciones e incluso tenía piscina, y es el típico hotel dónde llevan los touroperadores a los turistas. 

Yo después de mi experiencia en Myanmar no me sentía muy agusto allí y prefería algo más humilde, no se trataba del dinero sino por la forma de vivir la gente. 

Encima el hotel era del Gobierno, por lo que no me apetecía dejar mi dinero en esa gentuza, así que salí a darme una vuelta con el convencimiento que al día siguiente me inventaría cualquier excusa para cambiar de alojamiento.








Me metí en un chiringuito a tomarme una cerveza y me clavaron 2.000 MMK, cuando normalmente venía pagando 500 MMK en otros lugares, y encima le pedí al dueño si me podía conseguir transporte para visitar los templos al día siguiente, y me pidió 150 $ por un día por llevarme en su moto!!! Ahí fue cuando ya me acabó de convencer de que en esa zona solamente la pisaban los turistas y que a éstos no les importaba pagar lo que fuera. 

Cuando estaba anocheciendo me fui para el hotel sin apenas cenar, y después de una reparadora ducha (lo único bueno) me fui a la cama, dónde no pude pegar ojo en toda la noche por culpa de los guiris que estaban emborrachándose al lado de la piscina y cantando en voz alta. Hoy no he tenido mucha suerte, mañana será otro día.

DÍA 8.- BAGAN.

Después de preparar mi equipaje, me fui a desayunar al lado de la piscina del hotel, dónde había más camareros que huéspedes sirviendo el desayuno.

Me fui a recepción y les dije que me avisaran un taxi porque hoy llegaban unos amigos mios que estaban alojados en Old Bagan y que me iba a alojar con ellos. A la dueña del hotel no le gustó nada mi idea y de mala gana me cobró la noche que me había alojado, almenos no me hizo pagar las 3 noches que tenía reservadas!! En cuánto llegó el taxi me despedí y ni siquiera me dijeron nada, así que le dije al taxista que me llevara a Nyang U situado a 20 minutos en coche de New Bagan, y por el camino fui ojeando la Lonely por si recomendaban alguno que estuviera bien. 

En el primero que fui no tenían habitaciones, en el segundo tampoco y finalmente acabé en el tercero de mi elección, y en el que más agusto me sentí. Cierto que la habitación era muy cutre y por no tener no tenía ni luz el cuarto de baño, pero lo regentaba una familia muy amable que me dieron muy buena espina desde el principio y que finalmente no me equivoqué. El precio de la habitación me la dejaron en 10 $, así que le pagué el sablazo de 7.000 MMK que me pidió el taxista, pero que se lo pagué muy agusto con tal de irme del resort de New Bagan.

Lo primero que hice fue alquilar en la misma guesthouse una bicicleta para moverme los dos próximos días por 1.500 MMK en total, y una vez que dejé mi equipaje en la habitación me fui a visitar el pueblo, situado a 2 kms. de distáncia pero que en bicicleta se convertiría en un agradable paseo por caminos de tierra sin asfaltar.






Después de visitar el pequeño mercado y sin apenas darme cuenta, eran ya las 16:30h de la tarde así que fui en búsqueda de algún lugar para comer.




A las 18:00h de la tarde ya es de noche y las calles no están iluminadas, así que poco más hay que hacer a partir de esa hora. De vuelta a la guesthouse dónde pasé un rato entretenido con la familia de la guesthouse, duchita y por primera vez en todo el viaje, película en el portátil hasta la hora de dormir.

DÍA 9 y 10.- BAGAN.

Estos dos días intensos solamente se pueden resumir de una manera, que es la visita a los templos de Bagan, que son impresionantes, sobretodo el de Ananda.

Por la mañana toca madrugar para aprovechar el día, a las 7:00h ya estoy desayunando en la guesthouse a base de tortilla y mucha fruta, que está buenísima y entra muy bien. Como hoy tambien tengo bicicleta, decido ir a mi ritmo a visitar los templos más cercanos a Nyang U, dónde estoy alojado. 

Apenas hay turistas y la gente es maravillosa. Mucha gente prefiere visitar los templos con coche de caballos, dónde te los ofrecen por 5.000 MMK, aunque yo prefiero la independencia de mi bicicleta, aunque en muchos tramos son de tierra y arena y apenas se puede pedalear.


















Estuve todo el día visitando templos y conversando con la gente. Arriba de un templo conocí a un chico dónde vendía unos cuadros de arena increíbles, y que finalmente le compré dos sin apenas regatear y que hoy en día están expuestos en el comedor de mi casa.

Así mismo quedé con este chico para que me recogiera al día siguiente con su moto a las 5:30h en mi guesthouse para ver el amanecer desde los templos más importantes y tambien visitar los templos más alejados. Acordamos un precio de 5 $, pero después de hacerme un tour de los más completo, le di 10 $ y algún que otro regalo que jamás olvidará.




































Ya por la tarde y antes de anochecer, cansado de tanto templo, me fui en busca de un lugar para cenar de los muchos que hay en Nyang U, dónde estuve cenando con una viajera australiana que conocí por la mañana, y después me conecté un rato hasta que perdí la paciencia con el tiempo de espera de las conexiones. Había sido un gran díañana por la tarde me toca volver a Yangon.

DÍA 11.- BAGAN - YANGON.

Mi vuelo hacia Yangon no salía hasta las 14h de la tarde, así que después de desayunar y dejar mi equipaje preparado, tenía pensado visitar el Monte Popa, pero en transporte público perdía mucho tiempo y no me daba tiempo volver, y si lo quería hacer en privado con un local, me pedía 50 $ después de regatear un buen rato, así que desistí de la idea de visitar el Monte Popa dónde lo mejor que tiene son las vistas, así que no creo haberme perdido mucho, y más por el precio que me pedían.

Me tomé la mañana de relax, que después de tantos días sin parar ya empezaba a acumular cansancio, y estuve por Nuang U dando una vuelta por el mercado local y comiendo tranquilamente, hasta que a las 12h un taxi me llevó al aeropuerto por 5.000 MMK.

A mi llegada el ritual de siempre, pagar las tasas de salida (1.000 MMK), facturar mi equipaje y puntualmente partimos hacia Yangon, la capital del país. A mi llegada taxi hacia mi hotel y allí ya me estaba esperando Mr. Toe, el señor que conocí a mi llegada, y me llevó al mercado de Bogyoke, que está situado justo al lado de mi hotel. 

Así que mientras él se lió con unos turistas italianos para sacarse un dinerillo y dejarme totalmente tirado (cosa que lo preferí porque prefiero visitar las cosas a mi rollo), aproveché para dar una vuelta por el mercado y comprar mis queridos imanes para la nevera, detallito que no puede faltar nunca en mi casa ni en la de mis amigos.








Una vez que empezó a anochecer, de vuelta al hotel, dónde por fin pude disfrutar de una ducha en condiciones, y después me fui al cine Thamada mezclándome con toda la gente birmana, dónde pude ver una película subtitulada en inglés, y la experiencia fue muy buena. De vuelta al hotel que a descansar que el día había sido muy largo y al siguiente quería aprovecharlo al máximo.

DÍA 12.- YANGON.

Hoy es mi último día entero en Myanmar. Siento mucha pena no haber podido estar algunos días más en este maravilloso país, pero todavía me queda todo el día por delante.

Después de desayunar en el restaurante del hotel, en recepción me dejaron una nota de Mr. Toe, pero la verdad es que me apetecía ir a mi rollo. Estuve paseando tranquilamente por Yangon sin rumbo fijo hasta la hora de comer, dónde después me fui hasta el emblema de la ciudad y el lugar dónde había dejado para el final de mi viaje para irme con más felicidad sobre el país, la Shwedagon Paya.

Lo que no sabía es que el viaje me iba a deparar más sorpresas todavía. Decidí ir caminando desde el mercado Bogyoke hasta la Shwedagon Paya, aproximadamente 20 minutos caminando por un paseo con un tráfico terrible y por calles sin aceras y socavones de 3 metros. A medio camino empezó a nublarse, y yo me había dejado el impermeable en el hotel, así que pensé que si aceleraba un poco mi ritmo podría llegar antes de que lloviera. El problema vino cuando en 30 segundos no empezó a llover, sino a diluviar!! 

En dos minutos me veia con el agua por mis rodillas, con unos truenos que daban miedo y lo peor de todo, no había nada para resguardarse. Al final un hombre que pasaba por allí con un paraguas fue muy amable y me protegió un rato, aunque yo ya estaba calado de agua hasta los huesos. Nunca había visto llover de esa manera en ningún sitio!!

Cuando dejó de llover un poco y agradecerle al señor su amabilidad con el paraguas, pude llegar a la Shwedagon Paya. Al llegar a cualquiera de las cuatro entradas que tiene hay que descalzarse, pero si no quieres dejar tu calzado allí lo puedes llevar encima. Yo me lo llevé y lo metí dentro de mi mochila. Ahora salía el sol y ya no llovía. La entrada al recinto para los estranjeros es de 5 $.




  





















  




















































Como podeis observar, la visita a la Shwedagon Paya es espectacular e imprescindible, por lo que le recomiendo a todo el mundo que visite Yangon que la pueda visitar en cualquier momento del día.

Cuando salí de allí ya era de noche y otra vez estaba lloviendo fuerte, así que después de protegerme un rato de la lluvia en un tenderete junto a otros birmanos, en cuanto tuve oportunidad de conseguir un taxi lo hice hasta mi hotel por 1.500 MMK, pero no tenía ganas de volver a llegar empapado.

Una vez llegado al hotel dejé mi mochila en la habitación y cuál fue mi sorpresa, que de tanta lluvia que me había caido encima tenía mi pasaporte completamente mojado, junto con el resto de documentación, la guia de viaje y los últimos dólares que me quedaban. Y mañana tengo que coger un vuelo de vuelta a Myanmar, así que no sé si me van a dejar salir del país!!

Después de ducharme, reflexionar y preguntar en recepción si tenían secador de pelo (los pobres no habrán visto ninguno en su vida) llegué a la conclusión que mi única opción era poner el aire acondicionado a tope para que se fuera secando toda la documentación.

Salí a cenar al restaurante del hotel y cuando volví a la habitación me metí en la cama muerto de frio y encima con el aire acondicionado a tope toda la noche.... menudo plan!!

DÍA 13- YANGON - BANGKOK.

Último día en Myanmar, un país que me ha llenado muchísimo y que ha sido de las mejores experiencias de mi vida. Después de desayunar, recoger todo mi equipaje y dejarlo en consigna, fui a dar mi última paseo por la ciudad, ya que hasta las 16:00h no sale mi vuelo hasta Bangkok.

Esta mañana decidí pasear sin rumbo fijo y ver el día a día de la gente local.




















De vuelta al hotel empezaba otra vez a diluviar, una manera de decir adios a un país maravillosome ha dejado una gran huella en mi interior. Me puse a negociar taxista para que me llevara al aeropuerto y finalmente a las 13h puse rumbo al aeropuerto por 5.000 MMK, empapándome de las últimas imágenes del país y contagiándome de las sonrisas de sus gentes.

Una vez facturado mi equipaje y pasado inmigración sin que me pusieran problemas con mi pasaporte, solamente tenía que esperar a que saliera mi vuelo de la compañía Air Asia que me dejara en Bangkok, punto inicial de esta maravillosa aventura y en la que todavía pasaría 2 días más hasta la vuelta a casa.

El vuelo sin problemas y esperando una nueva oportunidad de visitar maravilloso país llamado MYANMAR.

Desde la distancia solamente puedo sonreir al recordar esos maravillosos días y la gran hospitalidad de sus personas hacia mi, y volver a escuchar en un futuro muy cercano su Mingalabar!!!

Hasta pronto y chisuve, Myanmar!!!!